
Posparto: cambios e inseguridades
Que el cuerpo de una mujer sufre un cambiazo tras dar a luz, es algo obvio. El posparto es un rollo, lo miremos por donde lo miremos. Después de engordar diez kilos de media en nueve meses, ¿qué esperamos?
Hoy de lo que quiero hablar es de ese posparto y todos los complejos y preocupaciones que nos surgen a diario cuando nos miramos al espejo.
Primero de todo, asumamos que el bombazo hormonal nos juega muy malas pasadas en el posparto. Somos una puñetera montaña rusa de emociones. Así que, los que estén cerca, que tengan un poquito de empatía y se armen de paciencia.
Y segundo, y más importante, cada cuerpo es un mundo. Cada mujer tiene unas circunstancias y NUNCA hay que compararse.
Al final, en casi todos los aspectos de la vida terminamos en el mismo punto. En preocuparnos de cómo nos ven los demás y compararnos. ¡Mal!
Consejo posparto: ¡desinstala Instagram! Vale, no seamos radicales, no lo desinstales. Pero intenta cambiar la forma en la que miras ciertos perfiles, porque no te hace ningún bien.
No mires lo estupenda y preciosa que está María Pombo. Para empezar, porque tiene veinticinco años, y a lo mejor tú estás siendo madre con diez años más. Y para seguir, porque ella, igual que todas las mujeres, también ha notado cambio en su cuerpo, pero no va a llenar su perfil de lamentos.
He llegado a oír comentarios como “claro, es que ella tiene entrenador personal”. ¿Y? Tiene entrenador personal pero también mucha fuerza de voluntad. Así que saca la tuya y muévete. Verás como te sientes genial.
Otro comentario estrella: “¡es que Pilar Rubio tiene 43 años, 4 niños y tiene cuerpazo!”. Claro que tiene cuerpazo. Pero yo no he tenido ese cuerpo ni antes de quedarme embarazada, seamos realistas, no lo voy a tener después de ser una ballenita. Así que un poquito de relax, my friends, y pongamos los pies en la tierra.
Aceptemos el cuerpassso que nos ha tocado y mejoremos aquello que nos guste menos. Sin obsesiones, mirándonos muy bonito, y admirando esa criaturita que ha estado dentro de nosotras. Ese bebé que hace que tengamos ojeras cual osos panda, pero una sonrisa gigante. Esa personita a la que más vamos a querer en la vida.
Y si nos queremos comparar, que sea con todo el mundo, no solo con las influencer de Instagram.
Somos muchísimas las mujeres que tenemos secuelas físicas del posparto: abdomen hinchado, pecho caído, estrías…. ¡Es una realidad, y no hay más drama!
Es importante cuidarnos mucho, sobre todo en ese momento en el que nuestro yo mujer pasa a un segundo plano, adelantado por el yo madre.
Nunca debemos olvidarnos de la importancia de sentirnos bien y guapérrimas. Porque lo somos.
Ojalá hubiera descubierto en mi época posparto perfiles tan importantes para el crecimiento personal como @lasclavesdesol, @charuca o @caricias_emocionales. El otro día justo hablaba con una amiga de la importancia que han tenido en nuestras vidas estos perfiles inspiradores y motivadores. Mujeres que nos han hecho darnos cuenta de que es vital querernos, dedicarnos tiempo, mimarnos y sacar a la diosa que llevamos dentro. Que muchas veces la olvidamos.
Me encantan las redes sociales por este tipo de cuentas. Creo que hacen una labor súper positiva. Aferrémonos a ellas y no perdamos nunca el sentido común.


2 Comentarios
Laura M.
Ya no solo en el postparto, sino en la vida en general….cuando dejemos de compararnos con las demás, entonces nos valoraremos nosotras mismas…..yo al postparto añadiría el «como ahora soy madre», es tan brutal el cambio que da tu vida cuando eres madre que te sumerges en la crianza y no ves más allá de tu bebe y eso desde el minuto 1 lo he tenido que trabajar mucho para no descarrilarme….y siempre tener la frase en mi mente de -soy madre, pero principalmente soy mujer- y no sentirme culpable de cuidarme yo primero para cuidar a mi bebe después o ser peor madre porque vayas hacerte las uñas, a seguir con tu rutina de deporte o vayas a la peluquería las veces que te hagan falta…ojo! y no es para que los demás te vean bien, sino para verte bien y sentirte mejor (un buen pintalabios lo cambia todo)….y por supuesto cada mujer es un mundo y los cuerpos no se pueden comparar entre ellos y menos obsesionarte con algo tan físico y descuidar otros aspectos más importantes…No obstante, cuando una mujer ha sido madre, su cuerpo ya no será nunca el mismo y que tampoco lo pretenda porque sino perderá mucho tiempo en conseguir algo que fisiológicamente no se puede.
En cuanto a las redes sociales, como siempre digo, utilízalas para lo que necesites, si te inspira gente que está estupenda a todas horas del día, pues genial!….pero si te puedes pasar por perfiles de gente más real y sin filtros de ningún tipo pues puede llegar a ser más enriquecedor e identificarte mucho más con ell@s…..
En fin, la imagen es importante pero proyectar una buena imagen no solo es físico, la gran parte de una buena imagen es nuestra mente, nuestra personalidad, nuestra forma de comunicarnos, de expresarnos, de manifestarnos, de entendernos, de transmitir buen rollo, de querernos…si tienes buenos pilares en dichos aspectos, el físico simplemente se queda en una envoltura…y eso te das cuenta cuando llegas a casa, te quitas los pendientes, te desmaquillas, te despeinas, te quitas tu ropa…y te ves desnuda y piensas -vaya cuerpazo que tengo por fuera….pero por dentro es lo más! Tú percepción cambia cuando tienes un hijo….porque lo importante para ti no es que sea el/la más bonit@ o guap@, sino que sea feliz, que sea buena gente y que tenga mucha salud para llevar ambas cosas a termino….y si encima tu cuerpo ha servido para crear esa vida, esté como esté…..sigue siendo un cuerpazo.
Carmen Navarro
No me puede gustar más todo lo que dices en tus comentarios, Lauri.
Para mi es vital el querernos, y yo soy la primera que a veces me porto fatal conmigo misma. Posparto o no posparto, siempre debemos mirarnos y cuidarnos. Como tú dices, un buen pintalabios arregla muchos días flojos.
Y no por lo que el resto del mundo vea, sino por mirate tú al espejo y decir ¡ole yo!
Cuanto más felices seamos con nosotras mismas, más felices haremos a nuestros hijos. No tengo ninguna duda.
Y en las redes hay miles de perfiles que nos inspiran y que nos enriquecen. Es saber sacarle ese lado, y no centrarnos en cosas superficiales.