
Las súper madres no existen
Asumámoslo. Las súper madres no existen. Podemos intentar llegar a todo, pero es imposible. Y en este saco meto también a los súper padres, que hay muchos por aquí.
La crianza es agotadora. Si encima pretendemos crecer profesionalmente, formarnos, disfrutar de nuestras aficiones y tener vida social fuera de los parques de bolas, nos faltan horas en el día.
Y si todo esto lo haces además sola, ¡apaga y vámonos!
No quiero hablar de forma negativa, porque al final todo es cuestión de organizarnos, de tener claras nuestras prioridades y disfrutar todo lo que podamos, que vida solo hay una. Siempre sin frustraciones ni sentimientos de fracaso o de no estar haciéndolo bien.
Una jornada cualquiera de una madre, con trabajo o sin él, ya comienza desde que suena el despertador a un ritmo frenético.
Madrugón en muchos casos para intentar exprimir el día, hayamos pasado la noche que hayamos pasado.
Muchas de nosotras tenemos la enorme suerte de teletrabajar y poder conciliar mejor. Y algunas, incluso, lo hacemos menos horas por estar en ERTE. Que laboral y económicamente es una mierda, pero vamos a pensar que nos permite cuadrar mejor los horarios con respecto a los niños. Hay quien me ha llegado a decir: “¡Qué bien! Trabajas menos horas y al final de mes, en proporción, cobras más”. A esas personas las animaría a estar en nuestra piel unos meses, con la incertidumbre y la inestabilidad por tener a alguien a cargo y no saber qué va a pasar. Pero de eso ya hablaremos otro día.
Llega la hora de ponerse en marcha para el cole. Dramón. La camiseta no tiene suficiente brilli brilli, hoy no le gusta el desayuno, y un largo etcétera. Si hay alguien que consiga guardar la calma en esos momentos, que me escriba por favor y que me diga cómo lo hace.
En el trabajo, rinde al 300 % porque encima mirarán con lupa lo que haces, porque estás en tu casa, seguro que la niña te distrae o te escaqueas más de la cuenta. ¡Nos queda taaaaaaanto por avanzar!
¿Los padres que teletrabajamos nos distraemos más que el que vive solo? ¡Que alguien me explique esa lógica! Y si encima somos mujeres, más todavía.
Termina la jornada laboral, en el mejor de los casos, a tiempo de recoger a los peques del cole.
No sé los vuestros, pero miniCarmen tiene energía para dar y regalar. Atiéndela, juega, inventa manualidades, playa, parque, cumpleaños… ¡Agenda completita!
Sin olvidarnos de organizar menú, hacer la compra, poner lavadoras, recoger la casa… .¿Dónde está Mary Poppins cuando se le necesita?
Hay días que necesitamos un rato para nosotras, un poquito de silencio, leer, ver una serie, hacer deporte… Pero los niños no vienen con un botón de “pausa”. No siempre es posible.
En muchas ocasiones, recurrimos a los dibujos en la tele o en la tablet para tener nuestra media hora de paz.
¿Quién aparece entonces? Nuestra mayor enemiga, la culpa. ¡Qué malas madres somos por poner los dibujos y dedicar ese tiempo a cuidarnos!
Si los ponemos para fregar los platos, no nos sentimos tan mal porque es algo que DEBEMOS hacer. Pero si los ponemos para hacernos la manicura, ¡fatal!
Y ya, si buscamos ayuda de pareja, abuelos, familiares para ir a tomar una cerveza con nuestras amigas, ¡pecado mortal!
Hay madres que dedican el 100 % de su día a la crianza. Hacen croquetas mejor que nadie, tienen la casa impoluta, los niños van siempre perfectos, participan en todos los saraos del cole y los fines de semana hacen mil planes familiares.
No las juzgo, porque cada una ya somos mayorcitas para elegir cómo vivir nuestra vida.
Pero, ¿dónde queda el yo mujer? ¿en qué lugar colocamos nuestros hobbies? ¿cuándo dedicamos tiempo a nuestra pareja? ¿y el auto cuidado?
Debe haber un equilibrio, porque nuestros hijos necesitan madres completas y felices.
Es imposible ser una súper madre, ni una súper mujer. ¡Ojalá! Pero lo que sí que tengo claro es que quiero que todas las parcelas de mi vida estén lo más completas posibles.
Quiero que mi hija aprenda que se puede ser trabajadora, madre, amiga, novia…. Que no tenemos que elegir una cosa o la otra.
Ya dije en el post sobre el feminismo que tengo la enorme suerte de haberme criado en una casa donde mi madre trabajaba mil horas porque amaba su profesión, pasaba tiempo con nosotros y siempre estaba dispuesta a tomarse un vino con sus amigas (ya sabéis a quien he salido). No hacía (ni hace) las mejores croquetas, pero eso no la convierte en peor madre. Ella tenía claro que debía mimar a su yo mujer, porque sin ella nunca habría sido feliz.
Dejemos las culpas, asumamos que somos humanas, que perdemos los nervios, que nos cansamos y que la cagamos de vez en cuando. ¡Lo estamos haciendo genial, que no se nos olvide nunca!


4 Comentarios
Isabel
Me quedo con la última frase, es la más reprtida en los últimos meses. Lo estamos haciendo genial!! Me encanta tu blog. Gracias
Carmen Navarro
Claro que sí!! Tenemos que repetírnoslo hasta que lo creamos de verdad. Muchas veces somos nosotras mismas las más injustas! Graciasssss 😚
laura m.
Me quedo con la frase de «…quiero que todas las parcelas de mi vida estén lo más completas posibles…» La crianza es muy dura y más cuando tu vida estaba completa y te hacía feliz, tu trabajo, tus amigas, tus salidas, tus lecturas en silencio, tu tiempo sin hacer nada, tu pareja y un largo etc…
El sentimiento de «no culpa» debemos trabajarlo más porque es algo que viene innato y aprendido desde nuestros antepasados, donde la crianza siempre había estado en manos de las mujeres, dejando todo para dedicarse al 100% a sus hijos….y no, no soy, ni quiero ser ese tipo de mujer, ese tipo de madre, porque antes de ser madre soy mujer y porque no quiero saltarme ninguna clase de pilates, no quiero dejar de ir a comer al sitio de moda con mis amigas, no quiero dejar de ir a la peluquería y hacerme la manicura tranquilamente y pensando únicamente que color me voy a poner, no quiero dejar de ir a un concierto porque vaya a terminar a las 1.000 o no quiero dejar de tomarme un aperitivo con mi pareja sin que estén todo el rato interrumpiéndome……me niego.
La pandemia, ha dado visibilidad a las «no super madres» y ha acercado a que la otra parte pueda sentirse tal y como te sientes día a día con la crianza, aunque nunca lleguen a experimentar esos sentimientos tan profundos, que como digo, nos han inculcado desde muy pequeñas….pero bueno es un «mini avance».
Este post, mezcla muchos temas interesantes y que están en la actualidad….cuantas veces me han dicho a mí….jo, la pandemia te ha venido bien, porque te has podido centrar más en tu hija,no?……acaso alguien me ha preguntado si era lo que yo quería y más de esa forma? acaso alguien ha tenido en cuenta que he tenido que sacrificarme yo muchas veces porque soy autónoma y el tiempo me lo gestiono yo? ….
Y por último, quiero dejar constancia, que la Thermomix no la utilizo nada y que en mi casa nunca se ha gritado y menos se ha perdido los nervios….palabrita de…..jajajja bromas aparte, lo estamos haciendo genial y sobre todo porque el legado que vamos a dejar será muy importante de cara a que nuestras futuras afronten la crianza y la vida como ellas decidan, sin prototipos y sin tanta culpa!
Hasta el próximo….que espero que sea pronto!
Carmen Navarro
Efectivamente, desde muy pequeñas se nos pone una carga a las mujeres, sin ninguna duda. Debemos ser súper madres, y los niños son más responsabilidad nuestra que de la otra parte.
Hay mucho por trabajar, sobre todo como dices en el sentimiento de culpa. Porque si nosotras somos unas infelices, ese peso lo transmitiremos a las peques, y me niego.
Si te enseño mi menú semanal, te meas jajajaja pero mira, es lo que hay!
Gracias como siempre por participar en el blog ! Cada semana espero ansiosa tu comentario 😘😘😘😘😘