La linea que separa el cuidado de la obsesion
Íntimo y personal

La delgada línea que separa el cuidado de la obsesión

La línea que separa el cuidado personal de la obsesión es muy fina. Y, aunque parezca insignificante, puede ser muy peligrosa.

A todos nos gusta vernos bien. Y hoy en día tenemos a nuestro alcance mil tratamientos para poder mejorar nuestra apariencia. Y a un coste, muchos de ellos, bastante asequible. Así que raro es quien no recurre a ellos.

Maderoterapia, mesoterapia, presoterapia, ortodoncia invisible, ácido hialurónico, injerto capilar, microblading… y un interminable etc.

Además tenemos las redes sociales. Enriquecedoras en muchos casos, y peligrosas en otros.

Cientos de perfiles de entrenamiento personal, de recetas fit o productos proteicos. Y todas las “influencers” de moda a los que seguimos (y en algunos casos admiramos) haciéndose mil cosas en Tacha Beauty.

¿En qué puesto de nuestra lista de prioridades está el aspecto físico?

Es necesario cuidarse, comer bien, hacer deporte….¡por supuestísimo!

Pero, en estas últimas semanas, después de varias conversaciones con amigas, me planteo: ¿cuántas personas lo hacen por salud y qué porcentaje de ellos lo hacen solo por estética?

Está claro que cuando te cuidas, mejora tu forma física. Y, en muchas ocasiones, tu estado de ánimo. Nos vemos más guapos, más fuertes y menos fofis. Y eso hace que nos motivemos a continuar con una vida saludable.

Una buena alimentación y el deporte son VITALES.

Y si eso lo podemos combinar, según las necesidades de cada uno, con masajes o algunos tratamientos, ¡genial!

El problema llega cuando pensamos, erróneamente, que arreglando nuestro cuerpo se arregla cualquiera de nuestras inseguridades. Cuando ese cuidado se convierte en nuestra prioridad y, a veces, en obsesión.

No tengo ni que deciros que somos mucho más que nuestro envoltorio.

Hace semanas que estoy yendo a hacerme maderoterapia. Es el tratamiento de moda y, como buena borrega que soy, quise probarlo.

Desde el primer minuto, la conexión con Rocío fue increíble. No hay nada mejor que dar con alguien a quien le apasiona su trabajo. El gabinete que tiene da calma, es un lugar donde te encuentras cómoda, desconectas… es TU momento. Y eso vale millones.

Algo que caracteriza a Rocío es su honestidad. Yo llegué en un momento muy flojo y ella podría haberme vendido lo que quisiera. Tratamientos “milagrosos”, infusiones quema-grasa… lo que hubiera querido porque yo estaba muy vulnerable.

No lo hizo. Me analizó, valoró mis necesidades y empezamos.

Ha sido una época de mucha ansiedad y de no cerrar el pico, por lo que no se ha visto el resultado que me gustaría. Pero sí ha frenado el aumento de peso que sin duda habría tenido, de no haber sido por ella. Y eso para mi ya ha sido un gran resultado.

Os la recomiendo 100 %. Tenéis todos sus tratamientos tanto en la web como en su perfil de Instagram.

En septiembre volveré y me seguiré poniendo en sus manos. Pero será cuando yo esté mejor del coco. Como he dicho antes, y puedo hablar con conocimiento de causa, si no estamos bien mentalmente, no hay tratamiento estético que eso lo vaya a arreglar. La terapia que necesitamos es otra. Y eso sí que será la combinación perfecta.

Conozco a muchas personas que han pasado por todos los tratamientos del mundo, y siguen siendo infelices. Siguen viéndose feos, gordos, peor que los demás. ¡Esa maldita costumbre que tenemos de compararnos! Han invertido un dineral en algo que no les ha proporcionado lo que necesitan.

Porque el amor propio y el verdadero cuidado está en nuestra mente.

Una cosa es querer mejorar lo que tenemos y otra cosa es la obsesión por conseguirlo y ser infeliz si no lo haces.

¿Qué valores tenemos si solo nos centramos en la imagen? Cuando conocemos a alguien, ¿qué buscamos en él? ¿Que tenga pelo, abdominales marcados y dentadura perfecta? ¿O que sea interesante, divertido y cariñoso? Os cuento un secreto: los abdominales no duran toda la vida.

Gran parte del problema es la sociedad en la que vivimos. El canon de belleza establecido y que nosotros muchas veces no cumplimos. ¿Quién dice quien está en el grupo de los guapos y quien no? Esto daría para otro post, no me lío.

Ojalá fuéramos capaces de vernos con los ojos con los que nos ven los que más nos quieren. No nos miramos bien, lo digo siempre, y es una cagada muy grande.

Como dice Rocío, tratemos de ser felices, no perfectos.

¡Querámonos mucho!

2 Comentarios

  • Blanca

    ¡Holi!
    Yo que sabes que me machaco en el gym y con la dieta, puedo no ser la persona más indicada para hablar de esto jajaja.
    Pero comparto totalmente tu punto de vista. Para mí es imprescindible en esta etapa de mi vida el aspecto físico pero soy consciente de que conseguir (con todo el trabajo que me conlleva entrenar y demás) este físico me reporta más fortaleza y mejor estado de ánimo mentalmente. ¡Es un pack!
    Para mí el fijarme objetivos, trabajar por ellos y cumplirlos me da un impulso en mi día a día.
    Igualmente te digo que me he llegado a sentir mal cuando poco después de terminar de competir me di cuenta que había gente que me trataba como si yo solo fuera un físico, sin tener en cuenta mis sentimientos. Me han llegado a pedir explicaciones por tomarme una cerveza o salir con amigos… qué mal me sentó al principio pero hoy estoy aquí y más fuerte!
    ¡¡Pronto nos vemos y me cuentas tooodo!!
    Por cierto, ¿qué resultados se consiguen con la maderoterapia? ¿Y te duele un poco? ¡Ya lo conocía pero me ha dado curiosidad desde que he visto que te la haces!

    • Carmen Navarro

      Tengo que decir que te he mencionado en todas las conversaciones que he tenido acerca del tema.
      Sabes que al principio costó entender que lo que hacías era un deporte, que tenías unas metas, y qu luchabas por ese sueño. (Soy antigua, es la realidad)
      Pero todo lo que tú trabajas tu cuerpo es porque compites, porque no es tu trabajo pero si algo profesional.
      Nos afecta mucho lo que dicen de nosotros, lo que piensan, como nos ven…. Y hay que conseguir esa fortaleza de la que hablas y que me encanta que hayas conseguido. (A mí me cuesta).
      Creo que debemos querernos con lo que tenemos. Que hay algo que se puede mejorar? Genial. Pero sin obsesionarse ni que dependa de ello nuestra autoestima.
      La maderoterapia es maravillosa, y te recomiendo totalmente a Rocío (la tienes cerquita). Te cuento bien la semana que viene pero al final son masajes drenantes que hacen que vayas eliminando la grasa que se queda más enquistada, que mejore la circulación, este la piel más firme… Es algo cero invasivo, no duele, a mi me relaja ese rato (a veces he tenido agujetas).
      Gracias, como siempre por leerme. Love you 😚

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