
Feminismo: una lucha constante por la igualdad
Hace dos días celebrábamos el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El mismo día en 2019 un grupo de compañeras de la empresa decidimos unirnos al parón de 2 horas para ir a una de las concentraciones. Este lunes, alguien me hizo un comentario sobre este tipo de parones. Según él, estábamos yendo en contra de nuestra propia empresa, tachándola de machista. Esa conversación me hizo pensar en escribir hoy sobre el tema, porque creo que nos queda un camino larguísimo por recorrer.
Trabajo desde hace 9 años en una empresa donde la mayoría de altos cargos son mujeres. Y, ¡qué mujeres! De algunas de ellas he aprendido casi todo lo que sé.
Mi empresa (porque la siento mía) es todo lo contrario a una empresa machista. Pero cuando las mujeres paramos, no lo hacemos pensando solo en nosotras mismas. Queremos dar voz a quienes no pueden hacerlo. Porque, probablemente, la mujer que trabaja para un empresario machista, no tiene la misma libertad que nosotras para hacerlo.
Vamos a las manifestaciones porque, sin ninguna duda, la mujer que está siendo maltratada en su casa no puede ni en sueños asistir a ningún acto que tenga que ver con el feminismo.
Dejemos de ser individualistas y mirarnos el ombligo, para empezar a ser solidarios. Todos y cada uno de nosotros, hombres o mujeres, debemos ir a una en la lucha por la igualdad.
Por suerte, estoy rodeada de hombres que creen en esa igualdad y la aplican cada día en sus vidas. Pero queda mucho por hacer.
Acabemos con el machismo
Este fin de semana, como sabréis casi todos, se publicó un vídeo de un imbécil integral (lo siento, es la descripción más sutil que se me ocurre), hablando de una forma asquerosa en la gala de los Goya. Hacía comentarios irrespetuosos sobre las actrices, diciendo barbaridades. Estos son los motivos por los que tiene que existir un día como el 8 de marzo.
No solo por este individuo. Tontos hay en todos lados.
Sino porque en el audio no se oye a nadie rebatirle. No se oye a ningún otro hombre decirle: “¿qué narices estás diciendo?”.
Como esta, se dan situaciones similares a lo largo de todo el año. Algunas se hacen públicas, otras no. Pero mientras sigan existiendo, seguiremos teniendo que gritar unidos.
Generalizar es lo peor que se puede hacer
Si hay algo que me repatea en la vida, en cualquier aspecto, es que se generalice. No todos los hombres son machistas, ni todas las mujeres feministas somos radicales y odiamos a los hombres.
No tiene sentido que en 2021 sigamos teniendo que explicar a algunas personas porque existe el 8 de marzo, porque hay concentraciones, porque hay publicaciones en redes sociales, y porque las mujeres se movilizan.
Una de las definiciones de la RAE es: Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.
Si alguien ve algo de radical en esto, que me lo diga. Más bien lo veo sentido común.
Comencemos por la educación
Para que llegue el día en que no se tenga que celebrar un Día Internacional de la Mujer, tenemos que empezar con los más pequeños.
El 8 de marzo en el colegio de miniCarmen hicieron un mural precioso, donde los niños se hicieron fotos y luego no las mandaron a los padres.
Alguien me dijo: “¡qué cole más moderno!, ¿no?”. ¿Es moderno explicar a los niños que las mujeres no siempre han podido ir a la escuela como ellos? ¿Es moderno que sepan que hay lugares del mundo en el que siguen sin poder hacerlo? ¿No es algo positivo que entiendan que todos tenemos los mismos derechos? ¡Ojalá nos hubieran hablado así en las generaciones anteriores!
Las mujeres de mi vida
Mi madre ha pasado más tiempo fuera que dentro de casa, haciendo todas las guardias del mundo para que nosotros pudiéramos tener la vida que hemos tenido. Y es algo que siempre he tenido clarísimo, que yo tenía que trabajar incansablemente para nunca depender de nadie. Y no lo tuvo precisamente fácil. Cuando era joven mis abuelos pusieron el grito en el cielo porque la niña quería estudiar medicina y pasaba de trabajar en la fábrica. Tenía claro su sueño y lo consiguió.
Mi iaia, que cuenta con muchas fans aquí, fue otro de mis ejemplos a seguir. Trabajaba en la fábrica de calzado como la que más, llevaba la casa ella solita con 4 hijos. Y en cuanto podía, se plantaba unos taconazos (que en la vida he sido yo capaz de llevar) para salir, como buena corretera que era.
Entre mis amigas, tengo auténticas superheroínas. Y yo no puedo ser más feliz de formar parte de sus vidas.
Personas que han sufrido pérdidas muy importantes y siempre tienen una palabra de ánimo y una sonrisa de oreja a oreja. Porque son valientes como las que más, no se achantan ante ninguna adversidad.
Otras que han pasado semanas en el hospital con sus propios hijos, no creo que haya nada más duro, y cada día me dan una lección de fortaleza.
Tengo amigas que han salido de su zona de confort para emprender y llegar muy lejos. Luchadoras como las que más.
Amigas que decidieron un día dejar sus ciudades e irse a vivir muy lejos persiguiendo sus sueños. ¡Y vaya si las echo de menos!
Madres que tuvieron el valor de dejar atrás lo que no les hacía feliz, con todos los miedos en la mochila, pero con un par de ovarios para buscar una nueva vida.
Todas ellas, mujeres para quitarse el sombrero y ejemplos a seguir.
Pero no podemos olvidar que todavía hay muchas otras mujeres que no tienen ese poder de decisión, que tienen situaciones complejas, que tienen miedos. Y cuanto más luchemos como sociedad por la igualdad, más fuerzas les daremos para buscar la felicidad que todos merecemos.


4 Comentarios
Madrid
Bravo Carmela! Qué bien lo explicas y qué razón tienes! Gracias por compartir 😊😘
Carmen Navarro
I love you!
laura macia aznar
No lo podías haber explicado mejor lo que es verdaderamente el feminismo. Queda mucho todavía por hacer porque la igualdad entre hombres y mujeres no existe y el problema es la falta de educación y no saber realmente que es la igualdad y que tiene que ver el feminismo con ello…..creo que cada un@ debe luchar en su ámbito por la igualdad y poner en práctica el feminismo porque de esa manera llegaremos a algún día al punto de no tener que reivindicarlo y simplemente celebrarlo….pero no sé si lo veremos tú y yo, me conformo con que lo vean nuestras hijas.
Por suerte, creo yo, a nuestro alrededor tenemos muchos hombres que creen en el feminismo y ayudan a ello, yo emprendí en un mundo donde la mayoría son hombres y la fuerza me la dio mi ex-jefe, aquel que cuando daba algún «extra» salía por la puerta de su despacho y decía «chicas, ya tenéis para poneros guapas» o cuando te presentaba a alguien lo único que decía era «es muy mona ella», pero no tenía ni puta idea de donde había estudiado o a que me había dedicado en mis anteriores años, pero en ningún momento nombraba que le hacía ganar bastante dinero por mi profesionalidad y mi trabajo….y fue dura mi salida porque tuve que dar muchas explicaciones a una persona que no entendía que lo único no era el dinero, sino mi integridad como mujer y persona.
Ojalá ojalá……
Brava por el artículo!
Carmen Navarro
¡¡Gracias!!
Yo espero que nuestras hijas vivan en un mundo de igualdad cuando sean adultas. Y de nosotros (todos) depende que así sea. Que no existan hombres de su generación que solo digan de ellas que son «monas», que se las valore por sus profesiones y su valía.
Queda muchísimo camino por andar todavía. Pero cualquier granito de arena que vayamos aportando…. al final hará una gran montaña. Ojalá llegue el día en que el 8M sea una simple celebración.