
Black Friday 2020: un año diferente
Lo que empezó siendo Black Friday, se ha convertido en Black Week o, en algunos casos, Black Month. ¡Viva el consumismo! No sé vosotros pero yo tengo mi móvil abarrotado de “ofertas” por email y por SMS. Y lo pongo entre comillas porque muchas de ellas, permitidme que las ponga en duda. Las tiendas hasta ahora se llenaban de gente durante la campaña Black Friday y las webs se colapsaban de las visitas. Sé que más de uno de los que me leéis llenaba la cesta de la página de ropa de turno, esperando a las 12 en punto de la noche del jueves al viernes para confirmar el pedido. Y en muchas ocasiones, es comprar por comprar, no por necesidad.
Este año creo que las cosas han cambiado, que tenemos otras prioridades, y puede que hagamos un uso más responsable de un invento que llegó de Estados Unidos para quedarse.
Este año somos muchísimas las personas que miramos con lupa nuestra economía y nos pensamos más que nunca en qué gastar. Creo que los que más van a aprovechar este Black Friday 2020 van a ser Papá Noel y los Reyes Magos, y midiendo mucho el gasto. A eso me refiero con el consumo responsable. Las navidades están a la vuelta de la esquina y, si somos previsores y tenemos las cartas escritas, podemos ahorrar mucho.
Con el paso de los años, voy siendo menos manirrota y ciñéndome a lo necesario. Cuántas veces hemos abierto el armario en el que no cabe ni un alfiler y hemos dicho “no tengo nada que ponerme” (mamá, si me estás leyendo, no digas las veces que yo he repetido esta frase). Y muchas de las prendas que hay en él han sido compradas en rebajas y días como el Black Friday de forma impulsiva. No las necesitábamos, pero vemos una etiqueta con un % y nos volvemos locos.
Además, con el tiempo, voy siendo más consciente de cómo afecta todo esto al pequeño comercio, no sé qué pensáis vosotros. Son campañas pensadas para las grandes superficies, que tienen más margen de beneficio y mayor volumen de ventas. Pero, ¿qué pasa con los pequeños (ENORMES) emprendedores? Yo creo que les hace mucha pupa. Sus ventas son más reducidas, pero ¿qué hacen entonces? Las opciones son: no hacer campaña Black Friday o hacerla contando con que los beneficios durante la misma serían casi nulos. Da igual la que elijan, se van a ver afectados.
Y este año, mucho más. Los pequeños comercios han pasado por una época de confinamiento total en la que sus ventas eran súper limitadas, después tuvieron que reducir sus horarios, aforos, dar citas previas para poder atender de forma segura a los clientes, ERTES en el mejor de los casos… y ahora que empieza la cosa a remontar, Black Friday y menos rentabilidad.
El otro día las chicas de @mysweetkoala, una tienda de puericultura del Rincón de la Victoria, publicaban en su perfil de Instagram que tenían que adaptarse a la situación actual. Han sido meses en los que han visto bajar sus ventas, que han tenido que cancelar talleres que imparten en su establecimiento, que han reducido el horario, con la consecuente pérdida que ello supone, y ahora llega el Black Friday. Y para adaptarse hacen una pequeña rebaja en una selección de productos. No sé vosotros, pero yo me quito el sombrero ante los valientes emprendedores que se lo curran tantísimo.
Si algo nos ha enseñado esta época mierder que nos ha tocado vivir es a valorar lo que de verdad importa. Y creo que es el año perfecto para hacer un uso diferente de esta fecha tan consumista. No seré yo la que os anime a no comprar, que los comercios están más faltos que nunca. Y si sois de los afortunados que no habéis visto afectada vuestra economía, ¡genial! Pero creo que este año, eso es la excepción. Seamos responsables, pensemos en las verdaderas necesidades y apoyemos más que nunca a los comercios de nuestra zona.
La semana que viene os haré alguna recomendación de regalos originales para estas navidades de gente emprendedora que hace cosas súper originales con un un trabajazo detrás; así os podréis salir del suéter o la colonia de todos los años.
Contadme, ¿tenéis ya la lista pensada para el Black Friday?

