Bienvenidos 38
Íntimo y personal

¡Bienvenidos 38!

¿Os acordáis que el año pasado hice balance pre cumpleaños y lista de propósitos para mis 37?

¡Parad! No vayáis a leerlos porque no he cumplido casi ninguno. Eso es lo malo de que quede todo por aquí escrito.

Así que en estos bienvenidos 38 no voy a dejar por escrito ninguna promesa que vaya a romper conmigo misma. Hoy pienso en el aquí y ahora.

Los 37… ¿cómo decíroslo?… han sido bastante mierder. No ha sido un año fácil, se ve que no soplé las velas con la intensidad que debía.

En este año que ha terminado me han acompañado todos mis demonios internos. ¡Gracias chicos, qué majos!

Pero soy de ver el vaso medio lleno, ¡bendita virtud! Y hoy, de resaca post cumple gitano de dos fines de semana, veo mis fortalezas más que mis debilidades. Adiós demonios, no quiero volver a veros.

Y, por supuesto, veo todo lo bueno que tengo en mi vida, que no es poco.

Han sido 365 días junto al verdadero amor de mi vida. Viéndola crecer, madurar y superarse cada día. Estoy muy orgullosa de la personita en la que se está convirtiendo y de pensar que lo estoy (estamos) haciendo bien. Es increíble el bien que me hace. Algún día espero poder decírselo de adulta a adulta, y que lea todo lo que escribo sobre ella, aquí y en privado.

Este año he reconfirmado que tengo los mejores amigos del mundo. Han estado a mi lado para sujetarme y no dejarme caer. Para quererme bonito y sacar la mejor de mis sonrisas. No tengo vida para agradecerles que sigan a mi lado.

La vida, además, me ha traído personas de luz, que no quiero que se vayan nunca. Personas que son energía positiva multiplicada por mil, a las que admiro y me enseñan algo nuevo cada día. Una auténtica RED que hace que me sienta a salvo. Es imposible caer con ellos, es una pequeña GRAN familia.

En los 37, mis demonios han conseguido llevarme al límite. A ese punto en el que dices: “hasta aquí, no puedes tú sola”. Y esa es otra de las cosas buenas con las que me quedo, aunque suene contradictorio. Porque decir basta es signo de valentía. Decir basta es señal de autoamor, de tomar la decisión de quererme como nunca y ser mi prioridad. Y en esas estamos, trabajando mucho para que los pensamientos negativos no vuelvan.

Hoy no voy a hacer lista larga de propósitos. Mis objetivos ahora mismo son sencillitos, alcanzables y a muy corto plazo. Principalmente: ESTAR BIEN.

Lo que venga mañana y el resto del año… lo iremos viendo sobre la marcha y espero seguir contándooslo.

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